lunes, 23 de junio de 2008

ENSAYO EL RELATO DE UN NAUFRAGO

El dia 28 de febrero de 1955, ocho personas de la tripulación del destructor Caldas cayeron al agua a causa de la gran sobrecarga de contrabando que llevaba el buque frente a la fuerte tormenta del mar que durante este tiempo estábamos bajo . el gobierno del dictador colombiano Rojas Pinilla quien atribuyó el naufragio a una tormenta en el Caribe, lo cierto es que no hubo tal tormenta y que la negligencia fue la única responsable de la catástrofe. La denuncia supuso la clausura del periódico, la caída en desgracia del marino y el exilio de Gabriel García Márquez en París. Despues de esto la tripulación y caldas habían pasado ocho meses en el puerto de Mobile, Alabama, ya que el buque solicitaba de algunas reparaciones para continuar en su viaje.

Como presume el tópico, el marinero Velasco presumía el noviazgo con, Mary Address, para matar el tiempo con sus compañeros,en las cuales también otra forma de distraerlos era usar las broncas entre ellos a puñetazos o las salidas al cine en la cual ellos se podían distraer. en una delas salidas a cine vieron la pelicula , El motín del Caine, los marineros colombianos experimentaron cierta inquietud ante las escenas de una tempestad. Como si fuera de una premonición , Velasco albergaba recelos sobre el inminente regreso del destructor a su base en Cartagena.

Al pasar a, unas doscientas millas del puerto, la sobrecarga que llevaba el buque se desprendió de la cubierta a causa del viento y del oleaje y la fuerte tormenta mando al agua a ocho marineros. La desgracia quiso que Velasco fuera el único que alcanzara una de las balsas arrojadas por el destructor. Impotente, nada pudo hacer por sus compañeros, que se ahogaron a pocos metros de donde él estaba.


Mientras el buque de guerra proseguía su rumbo sin detenerse , el náufrago esperó inútilmente que lo rescataran con rapidez. Ya que había balsa a la deriva, con suficientes víveres, en compañía de su reloj y tres remos, resistió durante diez días la sed, el hambre, los peligros del mar, el sol abrasador, la desesperación de la soledad, la locura, únicamente con su instinto de supervivencia. Aunque los aviones colombianos y norteamericanos de la Zona del Canal pasaron muy cerca de él, no llegaron a localizarlo.


Ya que nadie lo podía ayudar, aun cuando el deseó la muerte para dejar de sufrir, sobrevivió contra todo pronóstico a las condiciones adversas. Era tanta la desesperación por comer que cazó una gaviota la cual no pudo llegar a comérsela, sucedió algo que no se esperaba que el arrebato de los tiburones el cual suceder que le quitaron un pez verde de gran tamaño que había atrapado para calmar su hambre del cual había probado dos bocados. Tampoco consiguió despedazar sus botas ni su cinturón para aplacar el hambre, ni la lluvia hizo acto de presencia para permitirle beber. Se entretuvo en comprobar, en su reloj, cómo el tiempo transcurría , y por las noches, en una especie de delirio formado por el recuerdo y el pánico a la soledad, conversaba con el espíritu de su compañero, el marinero Jaime Manjarrés.


Tras sobrevivir a una tempestad durante el séptimo día de deriva, Velasco afirma: "Después de la tormenta el mar amanece azul, como en los cuadros". reconstruyendo la odisea del marinero, Gabriel García Márquez se esfuerza precisamente en hacer verosímil una realidad que de tan asombrosa y terrible pudiera parecer imaginaria. Los esfuerzos del escritor colombiano por devolver al mundo de la ficción lo que a priori es poco verosímil fundamentan su estilo.


Resulta increible la aventura del náufrago, también lo cual conlleva a un final de mucha curiosidad. Cuando Velasco vio tierra, aún tuvo que alcanzar la playa nadando para no estrellarse contra unos acantilados; tuvo que luchar contra las olas que le devolvían al mar, tuvo que contar su historia a campesinos desconfiados que no conocían la noticia del naufragio, y durante dos días, soportó que le trasladaran en una hamaca como una atracción de feria por territorios desconocidos, hasta que por fin le vio un médico y le permitió comer normalmente. Condecorado por el presidente de la República, hizo bastante dinero con la publicidad, se arruinó y acabó trabajando como oficinista en una empresa de autobuses.

No hay comentarios: